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LA GERMINACIÓN DE PLANTAS Y SUS CUIDADOS

El proceso de germinación es el proceso desde que la semilla despierta hasta que la planta emerge a la superficie del suelo y comienza a realizar fotosíntesis.

A groso modo, las semillas están constituidas por un embrión (radícula, plúmula y micropilo) y por compuestos de reserva como glúcidos, proteínas y lípidos. Tanto el embrión como los compuestos son rodeados por cubiertas externas.

La germinación  inicia con la entrada de agua en la semilla y finaliza con el comienzo del crecimiento de la radícula (La radícula es una parte del embrión de la semilla que se convertirá en el futuro tallo de la planta) y crecimiento de la plántula (La plántula es un término para nombrar a las primeras etapas de desarrollo de la planta, y va desde que germina la semilla hasta que adquiere sus primeras hojas verdaderas.)}

Fases y factores de la germinación

  • Imbición:

 

La primera etapa de la germinación se inicia con la entrada de agua en la semilla desde un medio exterior (imbibición). La hidratación de los tejidos de la semilla es un proceso físico con una duración varia por especie. En esta etapa, el agua  juega un papel muy importante y más delicado que en las otras fases;

 

Una vez que la semilla se ha hidratado, comienzan a activarse toda una especie de procesos metabólicos que son esenciales para que tengan lugar las siguientes etapas de la germinación.

En esta fase de la germinación, si las condiciones del medio no son buenas, la semilla puede deshidratarse retarnando a su estado inicial.

En general esta deshidratación no afecta negativamente a las semillas, las cuales pueden después volver a hidratarse y reiniciar el proceso de germinación. Pero la falta de agua suficiente produce un “déficit hídrico” y la velocidad de germinación suele ser menor. Además, una deshidrátación prolongada puede implicar la transformación de las semillas en “semillas duras”, que se caracterizan porque se “imbiben” muy lentamente, que en otras palabras significa una germinación aún más lenta y delicada. Las leguminosas son más propensas a este efecto.

 

Otros factores que influyen en esta etapa de la germinación son: el exceso de agua, la velocidad de hidratación o la temperatura a la que tiene lugar la imbibición:

 

  • Un exceso de agua puede llegar a ser desfavorable al dificultar la llegada de oxígeno al embrión. Por ello algunas especies impiden la germinación cuando hay un exceso de agua, generando una capa orgánica que dificulta la entrada de suficiente oxígeno como para que se inicie la germinación.

 

  • En otros casos, la hidratación rápida de la semilla puede provocar alteraciones de tipo mecánico (rotura del embrion) que afecta a la germinación y al posterior establecimiento de la plántula

 

  • La imbibición a bajas temperaturas de las semillas de algunas especies, sobre todo de origen tropical y subtropical, puede provocar alteraciones en el posterior crecimiento y desarrollo de las plantas.

 

 

  • Sensu Stricto

 

Una vez que la semilla se ha hidratado adecuadamente, se entra en una segunda etapa del proceso de germinación, la denominada fase de germinación “sensu stricto” (en sentido estricto), que se caracteriza porque se produce una disminución en la absorción de agua por las semillas. Durante esta etapa tiene lugar una activación generalizada del metabolismo de la semilla, lo cual es esencial para que se desarrolle la última fase del proceso de germinación, la fase de crecimiento.

 

  • Fase de crecimieinto

 

En esta última fase de la germinación, se produce el crecimiento y emergencia de la radícula a través de las cubiertas externas.

Las semillas que han alcanzado la fase de crecimiento no pueden volver a etapas anteriores y en el caso de que las condiciones no permitan que esta fase pueda seguir adelante, la semilla morirá.

Una vez que la radícula ha roto las cubiertas externas, se inicia el desarrollo de la plántula, que implica un elevado gasto de energía que se obtiene mediante la movilización de los compuestos de reserva de la semilla.

Cuidados para una buena germinación y desarrollo de plántula

 

Conforme a lo dicho anteriormente y en base a la experiencia que la fundación ha tenido en el cultivo de algunos vegetales; Podemos decir ciertos criterios o puntos que son necesarios para una buena germinación de las semillas.

 

  • La temperatura, la humedad, el oxígeno y las condiciones de luz deben ser adecuados para que las semillas germinen.  Cuando las temperaturas son óptimas la germinación es rápida y uniforme.

 

  • Es muy importante que haya un buen contacto entre la semilla y el suelo. Para plantar directamente en el suelo se recomienda un suelo de textura fina que no se compacte mucho. Como cualquier otro organismo vivo las semillas también necesitan oxígeno para respirar, y el oxígeno viene del aire que circula en el suelo cuando no es compacto o demasiado húmedo.

 

  • No todas las semillas tienen los mismos requisitos de luz. La mayoría de las semillas germinan mejor bajo condiciones de oscuridad y la luz puede impedir su germinación. Sin embargo, algunas otras necesitan luz para germinar. Pero una vez que las semillas han germinado y han brotado del suelo o del medio de cultivo como plántulas, todas necesitan de la luz del sol para crecer.

 

  • La temperatura óptima para el crecimiento de las plántulas puede ser diferente de la temperatura óptima para la germinación. Las temperaturas más bajas generalmente causan que el crecimiento de las plántulas sea más lento y las temperaturas más altas lo hacen más rápido.

 

 

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